El equipo estuvo merodeando por los puestos mediocres de la tabla clasificatoria salvo esporádicas rachas como aquella de quince partidos sin perder diez de los cuales fueron empates, o, en algunos casos, con ultimátum hacia el técnico maragato. Aunque se ganó de forma contundente algunos partidos (0-5 en eL Mini Estadi o el 0-4 en Paterna) dos victorias están encima del resto y logradas tras el cese de Felipe Miñambres y la irrupción de Josip Višnjić en el banquillo herculano: la victoria ante el Alicante (1-3) con una avioneta sobrevolando el estadio con el anuncio y la proclama herculana «Rico Pérez Herculano» y el no menos importante 1-2 en el Nuevo Castalia y que rompía la racha de imbatibilidad sin perder del Castellón.